Unión Argentina de Rugby 25 , 2020

El Ulises de San Jaime

"Hablá con Ulises". "Lo consigue Ulises". "Lo organizó Ulises". Ulises Colombo es “la” referencia en San Jaime de la Frontera en lo que a rugby se refiere.

San Jaime de la Frontera, ubicada bien al norte de la provincia de Entre Ríos, en Argentina, tiene apenas 4.300 habitantes. Ese “detalle” no le ha impedido, en su corta vida, que las divisiones juveniles e infantiles del Club San Martín sean un ejemplo de unión en la comunidad y de suceso deportivo a nivel provincial y nacional.

El club es parte del pueblo, le da vida al club y viceversa.

¿Hay que organizar una polleada para juntar fondos? Ahí va Ulises. ¿Hay que pensar formas más fáciles y económicas poder viajar, siempre lejos, a jugar? Él pone manos a la obra y sin esperar, arranca y el resto empieza a ayudarlo a poner en marcha la idea.

Así surgió la “Fiesta del Cordero” con el objetivo de comprar un transporte propio para el club, algo que vio la luz en 2018. “Vendimos los asientos de un bus a los sponsors,” ríe Ulises.

¿Sponsors? Es el eufemismo para llamar a los vecinos del pueblo, que pusieron un poco cada uno. “Ahora se nos rompió y tenemos que juntar plata para arreglarlo,” dice.

Este año, lamentablemente, la poquita ayuda económica que llegaba desde la Municipalidad de San Jaime de la Frontera, se cortó. “De alguna manera, lo vamos a solucionar”, acota optimista. Lo dice en tercera persona del plural: “Lo vamos a solucionar”, repite.

“Esto es rugby. No hago nada solo. Somos varios locos del rugby acá, que hacemos lo que podemos,” dice Ulises. “Lo que podemos”, resuena.

¿Ulises Colombo tiene que jugar en el primer equipo? Juega. ¿Tiene que ser entrenador? Entrena. ¿Tiene que ser presidente del club? Presidente del club, nomás.

Cuarto de siglo

Ulises lleva más de veinticinco años con el rugby, deporte que comenzó a jugar de grande. "Empecé en Espinillos de Concordia (el club del que es originario el jugador de Los Pumas Marcos Kremer) en 1994. Tenía 19 años y estudiaba Educación Física, pero no sabía nada de nada de rugby,” explica.

“En esa época, lo único que había era la televisión de aire y la radio. Ni satelital, ni cable, ni nada de nada. Entonces jugábamos al rugby como nos decían que era, pero no teníamos ninguna información externa. Así lo aprendí y así lo empecé a jugar y por supuesto, así lo empecé a enseñar en su momento”.

Ese “momento” fue casi enseguida, porque enseñar le encantaba e iba de perillas con su faceta docente. “El rugby era ni más ni menos, como te decía tu entrenador que era. El rugby lo viví desde primer momento, directamente en la cancha".

Ahí mismo es donde lo quiere terminar. Aún hoy, con 45 años, sigue jugando. "El coronavirus no me va a retirar. Voy a hacer una temporadita más; voy a dejar cuando yo decida, no cuando el virus me lo diga". También entrena juveniles del club y el seleccionado de desarrollo de Entre Ríos.

El club

Ulises terminó su carrera de "Profe" y en paralelo, iba y venía a San Jaime. “Cuando volví al pueblo, me puse con todo,” afirma. Eso fue en 2003. “No teníamos nada. Sólo tenía el rugby y ese era mi único capital. Mis ganas de que otros pudieran jugar y aprenderlo”.

"El club ya existía, pero estaba, digámoslo así... abandonado. De hecho, tenía solo tres socios,” acota Ulises. “Del club quedaba el nombre nomás; por eso nosotros, los que empezamos de vuelta, no fundamos nada. Es como que le volvimos a dar vida, sentido de club y de lugar en la comunidad," explica.

De la nada misma, empezaron a acercarse algunos chicos y después, algunos grandes. La posibilidad era jugar seven por la cantidad. De a poquito empezamos a sumar gente, un amigo le dijo a otro y así se armó una cadena de amigos y fuimos incorporando voluntades,” dice con una sonrisa muy grande. El rugby, el juego, los éxitos, efectivamente, ya iban a llegar.

“Mi papá fue el que hizo la cancha de fútbol del club, allá lejos y hace mucho tiempo. En su momento, no la queríamos desarmar. Entonces para poder jugar conseguimos que el Polideportivo del pueblo nos prestara el campito y ahí poder poner las ‘H’, pero no teníamos con qué hacerlas”.

Luces

Una cancha, para ser tal, necesita, primero que nada, los postes, las “haches” que le dan vida y entidad de cancha de rugby. Lo que la distingue.

“No conseguíamos caños para poder hacerlos. No había por ningún lado,” recuerda. Pero el clima, intercedió. “Acá en San Jaime había un sólo cruce de calles con semáforos y un día, una tormenta terrible los tiró al diablo a ambos. El Intendente del pueblo los llevó a reparar. Le fui a pedir una parte de uno de esos semáforos, que nos iba a servir para empezar a construir uno de los postes…”. No se requiere mucha imaginación para adivinar lo que pasó luego.

“Los chicos fueron a buscar los postes y en vez de una parte se trajeron los semáforos completos... Eso fue un viernes. Los arreglamos, enderezamos entre viernes y sábado, el domingo cavamos, les rellenamos las bases y el lunes, cuando nos vinieron a pedir que les devolviésemos los semáforos, ya se habían convertido en las Haches de nuestra cancha", se ríe Ulises recordando la anécdota.

Lo que había generado en San Jaime no podía quedar sólo ahí. Empezó a recorrer pueblos cercanos – notablemente más pequeños – en la búsqueda de implantar el rugby en cada uno de ellos. Vocación pura y total. Así, recorriendo, llegó a otra ciudad cercana, San José de Feliciano, distante setenta kilómetros.

“En una época, íbamos un día nosotros a Feliciano a entrenar y el otro día venían ellos para San Jaime ya que no juntábamos la cantidad de chicos acá en el pueblo. En ese momento el rugby era muy incipiente, éramos diez nomás," rememora. "En Feliciano, un ex jugador de rugby con cinco hijos varones, nos dio una mano bárbara, y así fuimos armándonos," explica Ulises.

Llegaron los éxitos

En el campeonato del Desarrollo de la Unión Entrerriana, San Martín de San Jaime de la Frontera (y zonas adyacentes, vale aclarar), se ha convertido en una referencia. No es para menos: el equipo juvenil representó a la provincia varias veces en los Juegos Nacionales Deportivos “Evita” y varios de sus jugadores llegaron a los seleccionados de su provincia. Incluso, jugadores de San Martín han disputado el Seven de la República con la selección entrerriana.

“Nos hemos caracterizado por tener buenos equipos de seven a nivel provincial en juveniles y en mayores. A nivel de XV, desde el 2009 en adelante, hemos tenidos también buenos resultados, con varios campeonatos en juveniles en el Torneo Desarrollo. Si considerando nuestra corta y complicada historia, es un logro que al menos en términos de resultados, podamos haber tenido tantos éxitos”.

Ulises quiere ayudar a los jugadores para que terminan de estudiar. Eso es clave. “Les estamos encima a los chicos. Queremos que terminen sus estudios y sabemos que varios se nos van a ir a otros clubes, otras ciudades, pero eso es motivo de orgullo y también, forma parte del éxito”.