Traducción de la nota publicada en la revista oficial de Rugby World Cup 2023 sobre el impacto de la clasificación de tres equipos de nuestra región.
Cuando Chile juegue contra Argentina en el Stade Le Beaujoire de Nantes, se hará historia en Sudamérica. Será la primera vez que dos equipos de esta gran región se enfrenten en una Rugby World Cup que, a su vez, es la primera con tres sudamericanos compitiendo.
Argentina, siempre presente desde la primera Rugby World Cup, se unió a los Teros uruguayos en 1999, 2003 y desde 2015.
Chile hará su tan esperado debut este año, convirtiéndose en el equipo número 27 en competir en este nivel desde que los All Blacks abrieron su campaña que los llevó a ganar el título contra Italia hace 36 años.
“No fue casualidad que Sudamérica Rugby tenga tres equipos en Francia este año”, abre Daniel Hourcade, quien montó el Alto Rendimiento en la región y actualmente es Consultor Senior de Alto Rendimiento para World Rugby.
Con la sostenibilidad como objetivo clave, se ideó el concepto de una línea de producción de rugby y no depender de las casualidades.
El ex entrenador de Los Pumas trabajó intensamente bajo la dirección del Presidente Sebastián Piñeyrúa, él mismo ex entrenador de Uruguay, asegurando que el camino para los equipos y jugadores estuviera despejado.
Hourcade, quien condujo a Los Pumas a la semifinal de RWC 2015, se unió a Sudamérica Rugby, una de las seis asociaciones regionales, en 2018. Identificar los problemas que se avecinaban fue fácil y el mayor fue la falta de competencia real.
Argentina tenía su calendario bien organizado como el mejor equipo de la región, con ventanas de verano y otoño cuidadas, así como el Rugby Championship con un mínimo de 12 tests al año.
Muy diferente fue para el resto de los equipos que sólo tenían campeonatos sudamericanos en su calendario.
Hourcade y Piñeyrúa, con el respaldo del entonces Vicepresidente de World Rugby y actual miembro del Consejo, Agustín Pichot, diseñaron el plan maestro que incluía una fuerte competencia regional.
Trabajando como una unidad, la región entendió la necesidad de un segundo nivel de competencia.
“Trabajamos muy duro para poner en marcha la primer Superliga Americana de Rugby en 2020, ya que entendimos que eso les daría a los jugadores una plataforma para crecer fuera del entorno de jugar en tests”, recuerda Hourcade.
Duró los tres primeros partidos cuando COVID-19 atacó al mundo. La determinación de llevar el juego en la región al siguiente nivel fue tan fuerte que fue en Sudamérica, donde la más estricta de las cuarentenas bordeaba los derechos humanos, que el rugby se reanudó antes que en cualquier otra región.
Para 2021, con equipos acuartelados en hoteles de Chile y Uruguay, sin público asistente al partido, se jugó el torneo y se plantaron las semillas del camino a Francia 2023.
Peñarol Rugby (Uruguay) y Selknam (Chile) fueron un camino claro para que los entrenadores nacionales trabajaran con sus jugadores antes de las rondas clasificatorias. Chile estuvo dolorosamente cerca de vencer a Uruguay, quien a su vez destronaría a las Águilas de la primera posición de las Américas, clasificándose dos años antes a la RWC.
Chile rompió los pronósticos e impidió que Canadá mantuviera el récord de asistir a todas las Copas del Mundo al ganarles la serie en 2021.
En 2022, con tres temporadas de rugby profesional detrás y los jugadores trabajando juntos en la franquicia y el seleccionado, Los Cóndores hicieron lo impensable, clasificarse para la RWC por un margen muy estrecho contra los USA Eagles.
“El impulso que le ha dado a la región es enorme y ciertamente se está convirtiendo en un espejo para Brasil, Paraguay e incluso Colombia”, agrega Hourcade, quien también tiene a Portugal y España en su mandato en World Rugby.
El factor X en el crecimiento de Uruguay ha sido el Estadio Charrúa, un estadio semi-abandonado en el corazón del área de rugby que la Unión Uruguaya de Rugby tomó posesión en 2012 y transformó en un centro de entrenamiento de clase mundial, la envidia de muchas uniones. Uruguay tuvo una temporada positiva en el HSBC World Rugby Sevens Series y clasificó a los Juegos Olímpicos. Sus Menores de 20 años fallaron en el último obstáculo en el World Rugby U20 Trophy en Nairobi a principios de este año.
Chile tiene su propio centro de Alto Rendimiento, en las faldas de los Andes. Cuando Los Cóndores clasificaron para RWC, fueron recibidos por el presidente del país. Se hizo la promesa de mejorar las instalaciones y cuando el equipo regrese de Francia, el CARR tendrá un campo artificial cuando antes era tierra y polvo, ya que el agua es una mercancía muy preciada allí.
Paraguay y Brasil también tienen sus Centros Nacionales de HP y Colombia está produciendo jugadores de calidad, pero está un poco atrasado en su desarrollo.
También se trabaja con los referís, una parte importante del desarrollo del AR.
Antes de partir para el Mundial, Argentina dijo que su objetivo era traer la Copa Webb Ellis a casa.
Uruguay tiene el objetivo declarado de vencer a Italia y Namibia y clasificarse directamente a Australia 2027.
Chile sabe que esta será una experiencia para recordar y esperan ser competitivos dentro de cuatro años, absorbiendo todas las lecciones que puedan mientras estén en Francia.
“Cada uno de los países está en una etapa diferente en su desarrollo de HP, pero la región lo ha abrazado por completo y al tener tres equipos ha generado en otros países el hambre de triunfar”, concluyó Hourcade.
Escrita por Frankie Deges