Desaprovechando la diferencia de un jugador más durante 67 minutos, Los Pumas pagaron cara su indisciplina ante un equipo inglés que los castigó constantemente. Fue derrota 27-10.
Las esperanzas argentinas siguen en pie, aunque no podrá tener un nuevo traspié en la décima Rugby World Cup que comenzó el sábado para el rugby sudamericano, en la calurosa noche de Marsella.
El equipo que conduce el australiano Michael Cheika no pudo, o no supo, aprovechar la temprana tarjeta roja que sufrió Inglaterra en el tercer minuto.
Para Los Pumas, el próximo partido será el viernes 22 de septiembre frente a Samoa (en St. Etienne), seguido del encuentro ante Chile el 30 de septiembre y frente a Japón el 8 de octubre, ambos en Nantes.
Deberán ganar los tres encuentros para estar en posición de acceder a los cuartos de final.
El primer tiempo terminó con ventaja para el conjunto inglés que supo tomar las oportunidades que los argentinos le dieron gracias al educado pie del apertura George Ford que, en un período de diez minutos, pateó tres drops – dos desde 50 metros.
Argentina, que había abierto el marcador en el tercer minuto con un larguísimo penal de Emiliano Boffelli, no pudo aprovechar la ventaja numérica que llegó desde el comienzo.
La situación, que derivó en ese temprano penal, terminó siendo tarjeta roja al ala Tom Curry, que golpeó en la cabeza al fullback Juan Cruz Mallía al disputar un kick alto.
El apertura Santiago Carreras también golpeó a un inglés en una acción de kick y recibió una tarjeta amarilla. Ford aportó su primer penal.
Diez minutos, entre el minuto 27 y 37, le llevó a Ford patear tres drops – dos desde 50 yardas – para estirar a 12-3 la diferencia de un primer tiempo en el que Argentina no pudo encontrar la forma de aprovechar la diferencia numérica.
El segundo tiempo comenzó de igual forma, con Los Pumas no pudiendo retener el balón y cuando lo tuvieron, lo dividieron con un equipo inglés que rápidamente sumó otro penal a través del pie de Ford.
Ford siguió castigando los errores de un equipo argentino perdido, que dio múltiples penales que Inglaterra transformó en una diferencia cada vez mayor.
Con el tiempo casi cumplido, Los Pumas consiguieron un try consuelo, con gusto a poco, a través del ingresado Rodrigo Bruni que Boffelli convertió.
Para Los Pumas, los próximos trece días serán de enorme importancia para recuperar su orden, su disciplina y recuperarse de una derrota dura por lo poco que mostró en su juego.
Foto: Juan Gasparini / Gaspafotos / UAR