Sudamérica Rugby 10 de julio, 2020

En la primera línea

La lucha contra la pandemia del COVID-19 tiene en el rugby gente que ayuda en distintas formas.

La pandemia del COVID-19 que ha golpeado tan duro al mundo está teniendo distintas conductas según la zona del planeta. En Sudamérica, el coronavirus sigue bien presente en la mayoría de los países, aunque en Uruguay ya están en proceso de regreso paulatina a la actividad.

La lucha es grande y entre los muchos que empujan hay un chileno y una uruguaya en la primera línea.

María Eugenia Cruces, la capitana del seleccionado uruguayo, es bioquímica.

“Me la paso vestida de astronauta, con calor, pero muy contenta,” le contó Cruces al Podcast de World Rugby en español recientemente.

Mientras prepara su doctorado en Biología Celular y Molecular, trabaja en el Instituto y el Hospital Pasteur.

Si bien Uruguay es el país en Sudamérica que mejor ha podido controlar la pandemia.

Al ser un país pequeño, se pudieron tomar decisiones tempranas y la gente acató, por lo que el virus no pudo circular como en otros países.

Además, el sistema de salud es universal y no se dejó de lado a nadie. Hubo un esfuerzo conjunto y se pudo ver caso por caso, haciendo mucho testeo y tomando medidas acordes según la información recabada. Hoy son mínimos los casos en el país.”

“En el Instituto se desarrolló un método de diagnóstico para colaborar con el sector público. Pidieron voluntarios para hacer los diagnósticos y me ofrecí.”

En el rugby encontró el deporte que amaba, por las características del juego y porque cada uno tiene un rol, pero al equipo no lo hace una estrella.

Su rol en la lucha contra el COVID-19 lo ve como “una gran oportunidad de aportar mi granito de arena en todo esto con las herramientas que tengo.”

“Estoy cerca de gente que tiene mucha información. A veces la desinformación genera miedos. Pero al ver y entender cosas saca el miedo.”

Luz al final del túnel

El rugby en Uruguay está adelantado respecto al resto de los países de la región y se está preparando el regreso a la actividad. Cumpliendo los protocolos, ya se entrenan equipos de Menores de 19 y adultos.

El Dr. Marcelo Santurio, director médico de la Unión de Rugby del Uruguay, explica: “La mayoría de los clubes están cursando entre la cuarta y sexta semana de entrenamientos, ya haciendo touch-rugby, ejercicios conjuntos de ataque y defensa con toque y no con tackle. Se enfocan en destrezas individuales, mucho pase. Algo de tirada en el line y el scrum es todo más postural.”

Se espera que hacia fin de julio haya partidos amistosos y el torneo comience pronto después, dependiendo del regreso del fútbol primero.

Mientras tanto, explica Santurio, “cada club tiene un encargado COVID-19. El jugador llena un formulario en cada práctica, se controla la temperatura al llegar, se alienta el uso de tapabocas en autos, se desestimula cualquier reunión, cada uno lleva su agua, no se utilizan los vestuarios. Además, controlamos que en el entrenamiento no haya tanto contacto.”

El seleccionado uruguayo también regresó a la actividad en el Centro Charrúa. “Teros está en la misma etapa; es un grupo muy reducido y se puede hacer a conciencia.”

De la cancha al hospital

Francisco Urroz está cerca de completar sus estudios médicos y el arranque de la Superliga Americana de Rugby, donde era el fullback de Selknam, le permitía cumplir con sus obligaciones profesionales con el equipo y dedicarse a los estudios.

La pandemia frenó el rugby pero aceleró su proceso universitario, más allá de no ir a la facultad.

Además, comenzó a ayudar en un hospital de Santiago.

“Nos dieron la oportunidad de ir a ayudar en modalidades de dos semanas de trabajo y dos semanas de cuarentena preventiva, así no exponemos a otros.”

“Es parte del sistema público; llegan los pacientes con menos recursos y por lo general en peor estado porque la urgencia está colapsada,” cuenta, aislado en un departamento de Santiago.

Antes de sumarse a la primera línea de batalla, hacía seguimiento a los pacientes por vía telefónica.
Cercano a cumplir los 27 años, espera poder dedicarse a la traumatología deportiva. Mientras tanto, obtiene enormes lecciones.

“He visto pacientes jóvenes, cercanos a los 65 años, sin patología de base, que fallecieron. Una situación muy fuerte que me tocó vivir y que te hace dar cuenta de la fragilidad del ser humano.”

Estas experiencias ratificaron su amor por la medicina. “Llegas a esta situación y desde la parte médica encuentra la posibilidad de ayudar y contener a los pacientes. Me gustó harto estar ahí y aportar mi granito de arena,” cierra Urroz, urgiéndole a la gente que se cuide, use tapabocas, se lave las manos e intente quedarse en sus casas.