Confederação Brasileira de Rugby 26 de agosto, 2021

Haline, referente del rugby brasileño, se despide de las Yaras

Tokio 2020 fue el último compromiso tras casi una década con la selección brasileña

La fecha de nacimiento quizás predijo el destino de la nativa de Curitiba de casi 30 años: los deportes. Nacida el 9 de agosto de 1992, el mismo domingo en que el voleibol brasileño ganó su primer oro en los Juegos Olímpicos, Haline anunció recientemente su salida de las Yaras. El último partido de la selección brasileña fue la victoria sobre Japón por 21 a 12 en los Juegos de Tokio 2020.

Desde pequeña practicaba varias modalidades, es decir, ya estaba acostumbrada a la práctica de deportes. En el rugby, su carrera comenzó hace exactamente 10 años, a los 19, en 2011. 

Influencia de su padrastro, el tucumano egresado de Los Tarcos, Sérgio “Coke” Jiménez. En Florianópolis, realizó los primeros pases y tackles en el tradicional Desterro, junto a otras reconocidas jugadoras como Maíra Magdaleno y Júlia Sardá.

Su dedicación y resultados con el club le valieron la primera convocatoria para la selección brasileña. Se convirtió en Yara número 50 en noviembre de 2013 en una gira por Nueva Zelanda. Soñaba con jugar en los Juegos Olímpicos, pero fue más allá.

Vivió intensamente una época victoriosa del rugby femenino en Brasil. Además de los títulos sudamericanos, fue medallista de bronce en los Juegos Panamericanos de Toronto, en 2015. Se mudó a São Paulo en 2016 para prepararse para Río 2016. 

El noveno lugar en esos Juegos le valió la clasificación para el circuito mundial, en que llegó a disputar varias etapas. Tal fue su identificación con el equipo, jugó a un alto nivel durante más años y añadió los Juegos de Tokio 2020 a su currículum.

Cuando se le pregunta sobre momentos inolvidables con las Yaras, no lo duda y menciona los Juegos Panamericanos del 2015, además del título del clasificatorio 2019 en Hong Kong.

“Siempre nos clasificamos para el circuito mundial por nuestras posiciones en otros torneos. En Hong Kong no, teníamos que ser campeonas para poder ganar el puesto; lo logramos."

Hay un dicho que dice que la única constante en la vida es el cambio. Cambios en objetivos, planes. No fue diferente con Haline, que se pasó hace unos años a Cuiabá (capital de la provincia de Mato Grosso), fuera de los grandes centros del rugby en Brasil, pero dentro de un proyecto sólido para el deporte en el país: el club Melina, ideado por un apasionado de nuestro deporte: Michel Leplus.

Lo que no cambió y permanece intocable es tu esencia, lo que crees. Conoces la importancia de las categorías de base. Consciente de la situación del rugby, trabaja dentro y afuera de la cancha como miembro del staff técnico de la categoría juvenil femenina del club. Trabaja incansablemente para que el rugby practicado entre mujeres salga del escenario real y alcance el ideal.

En Cuiabá, dice que tiene la estabilidad para poder lograr nuevas metas, incluso ser madre. Salir de la selección estuvo bien pensado y no se arrepiente de nada. No obstante, la experiencia de dos Juegos Olímpicos, medallista en Juegos Panamericanos y numerosos torneos internacionales, concluye:

“Llevo 10 años en el rugby. Cuanto más juego, más me doy cuenta de que necesito entrenar y entender más el rugby."

Humildad y sabiduría necesarias para que las generaciones más jóvenes del deporte en Brasil valoren la historia y quienes la integran. 

Baby Futuro, una amiga y ex compañera de equipo, dejó a Sudamérica Rugby su testimonio sobre Haline.

“¡Sospecho de Hali, es mi hermana de rugby! Somos muy parecidas. Llegó tranquilamente, a un entrenamiento que ni siquiera era para su edad, pero mostrando lo que había venido a buscar, ¡y en sus primeras pruebas ya llegó a casa con un contrato bajo el brazo!” 

“Aportó mucha energía y una energía contagiosa y diferente al grupo. Pronto me identifiqué, pero no pensé que nos convertiríamos en hermanas. Ella vino a mi vida para no irse nunca, y tuve el placer y la oportunidad de vivir muchos momentos maravillosos e increíbles con ella, dentro y fuera de la cancha.”

Agrega Baby: “no todo fue flores. Hemos tenido buenas dificultades y derrotas juntos. Pero una de las muchas cosas que me enseñó fue a valorar el momento, las cosas simples y cuestionar, a entender mejor los pequeños momentos, a sentir curiosidad por las cosas que pasan dentro de nosotros. Actualmente se habla mucho sobre salud mental, pero ella ya se cuestionaba sobre este tema, siempre buscando un equilibrio. Sobre mejorar de alguna manera, o al menos entender, para que las cosas se vuelvan más claras en la cancha.”

“Haline fue una Yara quien claramente donó su corazón a la selección nacional, siempre con garra e inteligencia. Siempre honrando y recordando quien usó la camiseta antes que ella.”

“¡Fue una etapa muy hermosa de nuestras vidas que disfrutamos mucho! Ser una atleta profesional es difícil, ¡pero también tiene sus laureles! Muchos logros, viajes y personas que conocemos. Gracias por ser parte de esta historia con una gran amiga. ¡Gracias, Hali!"

No hay duda de que Haline ha colocado la camiseta de Yaras en un lugar más alto.