Federación Peruana de Rugby 01 de abril, 2020

Protegiendo a sus compatriotas

Natalia Correa, jugadora del seleccionado de rugby de Perú, patrulla las calles de Lima en la lucha contra el Coronavirus.

La pasión por las fuerzas de seguridad viene en su sangre. Su “abuelito” fue policía, su padre miembro del ejército y Nataly Correa es Suboficial de Segunda de la Fuerza Aérea de Perú, trabajando como especialista en mecánica de los aviones de la FAP, en la base aérea de Las Palmas, en la capital peruana.

Deportista de cepa, llegó al rugby hace cuatro años e instantáneamente se convirtió en internacional, llegando a su mejor momento “el año pasado en los Juegos Panamericanos de Lima,” le cuenta a Sudamérica Rugby en un breve descanso, la mayor de siete hermanas.

“Hacía pentatlón moderno, representando a Perú en el Sudamericano de Chile en 2011, y cuando buscaban potenciales jugadoras de rugby en un scouting, me interesé.”

Encontró en el rugby valores muy parecidos a los de las fuerzas armadas que abrazó de niña y rápidamente se enamoró del rugby. 

De hecho, este año tanto la Armada como el Ejército comenzaron a jugar rugby mientras que Natalia estaba entre las llamadas a colaborar con el lanzamiento del deporte ovalado en su fuerza. Habrá que esperar.

La actualidad la encuentra lejos de los campos de rugby y de su club, Leonas de San Marcos. Más bien la tiene patrullando, con ropa de fajina, las calles desiertas de su ciudad.

Con toque de queda en el país entre las 18 y las 5 horas, solamente se permite la circulación de personal de seguridad y personal médico, además de un reducido número de taxis que permiten a los ciudadanos ir a hacer sus compras básicas.

“Hemos estado patrullando en turnos de siete horas,” explica.

“El objetivo es no ver gente en las calles, intervenir a las personas que circulan sin motivo, revisar permisos, entender por qué están circulando y saber donde van y los motivos por los que salen.” En este rol, ya “hemos arrestado gente, unas siete, ocho personas por falta de permiso.”

Lima es una ciudad con una congestión de tránsito constante e insoportable. Hoy presenta una imagen distinta.

Así lo ve Naty: “Circular por la ciudad vacía es raro; hay mucho silencio, como que nadie la habitara. Las calles están libres y se nota que no hay contaminación.”

En toda la región, los aplausos se los llevan quienes, como Naty, enfrentan el coronavirus en el frente de batalla.

“El rugby es una familia, y a partir de algo que posteó la Federación Peruana de Rugby, son muchos los que me agradecen mi trabajo. Eso es muy lindo.”

Claro que estar en la calle la pone en peligro. Entonces, su visión es muy importante.

“A la gente tanto en mi país como en el resto de la región, le aconsejo que se quede en casa. Los que estamos en la primera línea los estamos cuidando, pero también tenemos familia, y no queremos que nos pase nada.”